Opah, el primer pez verdaderamente de sangre caliente
El opah, Lampris guttatus, es un pez grande que habita en las profundidades marinas y que se puede encontrar en océanos de todo el mundo. Su apariencia distintiva, con un cuerpo redondo y aplanado y una llamativa coloración rojo anaranjada, le ha valido el sobrenombre de “pez luna” o “pez luna”. A pesar de su apariencia algo peculiar, la opah permaneció relativamente poco estudiada hasta los últimos años.
En 2015, un estudio innovador publicado en la revista “Science” reveló la extraordinaria capacidad del opah para generar y mantener su propio calor corporal. Este descubrimiento desafió la creencia arraigada de que todos los peces son de sangre fría, incapaces de regular su temperatura interna y dependen completamente de su entorno para mantenerse calientes o frescos.
Los Opahs poseen un sistema único que les permite mantener la temperatura de su cuerpo por encima de la del agua circundante. Este rasgo, conocido como endotermia, se encuentra comúnmente en mamíferos y aves, pero antes era desconocido en los peces. Los animales endotérmicos pueden regular su temperatura corporal de forma independiente, lo que les otorga una ventaja significativa en ambientes con temperaturas fluctuantes.
Para lograr esta hazaña, los opahs tienen una red especializada de vasos sanguíneos llamada “sistema de intercambio de calor a contracorriente” que ayuda a atrapar y hacer circular el calor por todo el cuerpo. Esencialmente, la sangre caliente de su núcleo ayuda a calentar la sangre fría que regresa de las branquias, evitando la pérdida de calor al agua circundante. Este mecanismo de calentamiento interno permite a los opahs mantener una temperatura corporal de aproximadamente 5 grados Celsius (9 grados Fahrenheit) por encima de la temperatura ambiente del agua.
El descubrimiento de opahs de sangre caliente tiene implicaciones ecológicas de gran alcance. Esta adaptación permite a los opahs prosperar en las frías y oscuras profundidades del océano, donde la mayoría de los demás peces tendrían dificultades para sobrevivir debido a los gradientes extremos de temperatura. Esto podría explicar por qué los opahs se encuentran a menudo a profundidades que oscilan entre 150 y 1300 metros (500 a 4260 pies) debajo de la superficie del océano.
Los opah son depredadores oportunistas, se alimentan principalmente de calamares y otros peces, y su fisiología de sangre caliente probablemente les da una ventaja competitiva cuando cazan en estas gélidas profundidades. La capacidad de mantener una temperatura corporal elevada les permite reaccionar más rápida y eficientemente, lo que les da una ventaja para capturar presas y escapar de los depredadores.
El nuevo estatus del opah como pez de sangre caliente también ha generado preocupación sobre su vulnerabilidad al cambio climático. A medida que aumentan las temperaturas del océano debido al calentamiento global, los gradientes de temperatura de los que dependen los opahs para mantener su ventaja podrían volverse menos pronunciados. Esto podría afectar potencialmente su capacidad para sobrevivir y prosperar en sus hábitats de aguas profundas.
Además, los opahs se han convertido en un objetivo de la pesca comercial debido a su gran tamaño y su sabrosa carne. Su nuevo estatus como especie de sangre caliente puede aumentar su atractivo, lo que podría provocar sobrepesca y disminución de la población si no se gestiona adecuadamente.
El opah, el primer pez verdaderamente de sangre caliente, ha cautivado tanto a científicos como a entusiastas marinos por su notable adaptación a las condiciones extremas de las profundidades del océano. Su capacidad para regular la temperatura corporal ha abierto nuevas vías de investigación sobre la fisiología y ecología de los peces, desafiando nuestra comprensión de la vida en las profundidades del océano. A medida que continuamos estudiando y aprendiendo de esta notable especie, queda claro que todavía hay mucho por descubrir sobre las maravillas ocultas de las profundidades del mar y las criaturas que las habitan.