Originaria de la región del bosque atlántico, esta joya aviar posee una apariencia llamativa que contradice su pequeña estatura. El macho, adornado con una cautivadora mezcla de tonos verde aguamarina, verde amarillo y negro, es un testimonio del arte de la naturaleza. Su espalda y escapularios se cubren de oscuridad obsidiana, mientras que la grupa brilla en tonos de amarillo anaranjado y las coberteras caudales superiores brillan en verde manzana brillante.
Endémica del sureste de Brasil, partes del sureste de Paraguay y el noreste de Argentina, la tangara de cabeza verde prospera en un hábitat rico en diversidad. Su dieta se compone principalmente de frutas y artrópodos, procedentes de frutas cultivadas y silvestres, así como de bayas de bromelias. Estas aves, que a menudo buscan alimento en parejas o en pequeños grupos, muestran destrezas acrobáticas mientras saltan a lo largo de las ramas, manipulando hábilmente a sus presas con precisión.
Si bien la especie enfrenta desafíos en áreas deforestadas, su población permanece relativamente estable y a menudo se encuentra en regiones protegidas donde contribuye al equilibrio del ecosistema. Con sutiles tonos pastel de canela, amarillo y naranja adornando su plumaje, la tangara de cabeza verde brilla resplandeciente desde cualquier punto de vista, un testimonio de la belleza perdurable de la naturaleza.