En el zoológico Arignar Anna en Chennai, sur de la India, se ha formado un vínculo extraordinario entre las crías de elefante huérfanas y los hijos de sus cuidadores.
Esta relación, marcada por la confianza y el afecto mutuos, trasciende los límites naturales y resalta el poder de la compasión.
Rescatados de los bosques, estos jóvenes elefantes son cuidados por un dedicado equipo de mahouts y sus familias.
Entre ellos, a menudo se ve a Nandini, de ocho años, y Lavindya, de seis, hijas de mahouts, montadas en el lomo de Sharon, una cría huérfana de 14 meses rescatada de los bosques de Sathyamangalam.
El vínculo se extiende más allá del cuidado y llega a una rutina diaria compartida. Los niños y los elefantes participan juntos en actividades, como ir a la escuela, jugar al fútbol e incluso dormir uno al lado del otro.
El personal del zoológico cree que esta relación única ha sido crucial para la recuperación y el bienestar de los elefantes desde su rescate.
Nandgopal, de ocho años, y Lavindya, de cuatro, duermen tranquilamente junto a Giri, otra cría huérfana del bosque de Hosur. Rajan, un mahout de 25 años, está particularmente sorprendido por la conexión de su hija Lavindya con los elefantes.
A pesar de tener sólo cuatro años, puede mandar a las crías, quienes responden envolviéndola afectuosamente con sus trompas.
Esta profunda conexión emocional ha florecido durante el año pasado, comenzando con la llegada de Sharon, el primer elefante huérfano del zoológico.
Sus mañanas comienzan con un baño refrescante, lleno de risas y chapuzones juguetones. Nandini, de cuatro años, y Nandgopal, de ocho, suelen darle a Sharon un exfoliante relajante después de un largo día.
Después del baño, los elefantes reciben una mezcla nutritiva de leche, agua de coco y glucosa para garantizar su fuerza y salud.
En lugar del tradicional autobús escolar, los niños van a la escuela a lomos de elefantes, con sus mochilas en las trompas de los elefantes.
Después de la escuela, el pueblo se convierte en un animado patio de juegos donde los niños y los elefantes participan en animados partidos de fútbol y alegres persecuciones.
Anu, de seis años, cuida hábilmente a un elefante adulto huérfano, lo que demuestra los fuertes vínculos formados.
A pesar de estos momentos conmovedores, el zoológico enfrenta desafíos. Aunque está financiado por el gobierno, necesita recursos adicionales para mejorar la atención a los terneros.
PL Ananthasamy, director del zoológico, enfatiza la necesidad de aumentar la financiación para establecer un centro de rehabilitación exclusivo para terneros huérfanos.
Los vínculos de amistad y cuidado entre los niños y los elefantes huérfanos resaltan sus roles indispensables en la vida de cada uno, mostrando las conexiones únicas que pueden prosperar entre especies.