En un vídeo conmovedor, una mujer llamada Lek llama a la elefanta Jenny desde la distancia. La respuesta de Jenny es realmente conmovedora mientras corre hacia ellos con una alegría desenfrenada, que recuerda a una niña emocionada por ver a su madre después de un largo tiempo separados.
El entusiasmo de Jenny no termina ahí; reúne a las otras niñeras de la zona, probablemente para compartir la alegría de reunirse con su hermana pequeña adoptiva, ThongAe.
El vínculo entre estos elefantes y Lek es conmovedor y la hace sentirse emocionalmente abrumada cada vez que visita el Parque Natural de Elefantes.
A pesar de su enorme tamaño, los elefantes son notablemente ágiles y pueden correr hasta 40 kilómetros por hora. Su forma única de caminar, manteniendo siempre un pie en el suelo, les permite alcanzar velocidades impresionantes.
Al igual que los gatos, los elefantes también exhiben una forma de ronroneo, comunicándose entre sí a través de varios sonidos, incluidos retumbos, sonidos de trompeta, resoplidos, rugidos, llantos y ronroneos.
Estas criaturas inteligentes tienen fuertes vínculos familiares, con la matriarca, o la cabeza de familia, liderando la manada.
Todo el grupo contribuye a la crianza de las crías y las hembras suelen permanecer con el rebaño familiar durante toda su vida. Por el contrario, los machos suelen abandonar la manada alrededor de los 12 años para vivir de forma independiente.
La capacidad de compasión y sensibilidad de los elefantes es notable, al igual que la de los seres humanos. Cuando un elefante bebé llora, la manada responde con empatía, usando sus trompas para acariciar y consolar al pequeño.
Esta demostración de inteligencia emocional refleja la profunda vida emocional de estas criaturas, mostrando su capacidad de compasión y autoconciencia.
El increíble vídeo del reencuentro de Jenny con su madre adoptiva es un conmovedor recordatorio de las profundas emociones y vínculos que los elefantes, como nosotros, pueden experimentar.